Puedes enviarnos un mensaje de correo electrónico explicándonos lo que necesitas, aunque lo mejor es que, si puedes, nos adjuntes también la documentación que necesitas traducir para que podamos evaluar el trabajo. Si lo prefieres, puedes llamarnos por teléfono y comentárnoslo personalmente. ¡Estaremos encantados de hablar contigo!
Cuanta más información nos des, mejor podremos organizar y realizar nuestro trabajo: a quién va dirigido el texto, aspectos que debemos tener en cuenta, plazo disponible para la traducción, si tienes ya un glosario especializado…
Traducimos al y del catalán, gallego, euskera, alemán, árabe, búlgaro, checo, chino, danés, eslovaco, español, francés, griego, hebreo, holandés, húngaro, inglés, italiano, japonés, letón, lituano, noruego, polaco, portugués, rumano, ruso, sueco y turco. Si necesitas traducciones a otros idiomas, consúltanos. En el caso de que nosotros no podamos ayudarte, intentaremos ponerte en contacto con otros profesionales de calidad que puedan atenderte.
Por supuesto. Aunque hay varias formas de calcular el coste de una traducción, el más extendido, y el que nosotros solemos utilizar, es el de aplicar una tarifa por palabra. Si conoces nuestras tarifas y el número de palabras del texto, podrás hacerte una idea de cuál va a ser el coste de la traducción, pero esta estimación no siempre será fiable, porque hay circunstancias que pueden encarecer el proyecto (documento original que no está en formato digital modificable, gráficos complejos que hay que reproducir, texto de una gran complejidad, urgencia...) y otras que pueden reducirlo (documento que forma parte de un gran proyecto para el que ya se ha realizado un trabajo terminológico previo, documentación paralela que puede facilitarnos el trabajo, un plazo de entrega que nos permita organizar nuestros recursos con mayor comodidad…).
Lo ideal es enviarlo en un formato editable. Los documentos en PDF suelen ser muy habituales pero no siempre son convertibles, y en esos casos es imposible respetar el formato del documento original. Intenta siempre averiguar si puedes conseguir el documento en formato editable antes de encargar la traducción. En el caso de que no tengas acceso al documento original, trabajaremos con el documento en el formato disponible y llegaremos a un acuerdo sobre la forma de entrega.
Esta es probablemente una de las preguntas más frecuentes, pero la respuesta es diferente en cada caso. Dependerá de la combinación o combinaciones de idiomas que nos solicites, de la complejidad del texto, de su extensión, de si nos puedes facilitar información relevante o documentación de apoyo, de si deseas la maquetación del texto... Lo mejor es que, en el momento en que encargues la traducción, seas tú mismo quien nos indique o nos orientes respecto a cuándo la necesitas. Por nuestra parte, haremos todo lo posible para adaptarnos a tus plazos y, si no fuera posible cumplir con el plazo que nos indicas, te lo diremos en ese momento. ¡No nos dejes para lo último: nosotros necesitamos también nuestro tiempo!
Sí, por supuesto. El traductor que se encargue de tu traducción no solo traducirá a su lengua materna, sino que será un traductor cualificado y con experiencia y, si el tema lo requiere, con la especialización necesaria.
En el mundo de la traducción profesional los traductores solo traducen a su lengua materna. Pero ser nativo tampoco es ninguna garantía de éxito, porque la traducción es una profesión y requiere el aprendizaje de unas técnicas, una gran cultura, una buena capacidad lectora y escritora... Por eso en Interglossa todos nuestros traductores, además de nativos, son cualificados y con experiencia siguiendo las pautas marcadas por la ISO 17100. Podemos decir con orgullo que trabajamos con grandes profesionales que llevan muchos años con nosotros, y merecen toda nuestra confianza y la de nuestros clientes.
Una traducción jurada es una traducción realizada por un traductor oficial, nombrado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de España. La traducción, que debe ir acompañada siempre de una fotocopia del documento original, incluye un certificado del traductor en el que aparecen sus datos y su firma, y mediante el cual se da fe de que la traducción realizada es fiel al original.
No. Nosotros conservamos las traducciones realizadas en nuestra base de datos, a no ser que nos pidas explícitamente que las destruyamos. Con estas bases de datos vamos creando una memoria de traducción para cada cliente o para cada proyecto, lo cual nos permite aprovechar el trabajo realizado y, en caso de que el cliente nos dé su feedback y apruebe la terminología utilizada, podremos hacer el proyecto siguiente más rápido y mejor, lo que también se reflejará en el coste.
Sí. Cuando empezamos a trabajar con un cliente iniciamos una labor de elaboración de una memoria de traducción específica para ese cliente o proyecto, de forma que, aunque el traductor que participe en el proyecto siguiente no sea el mismo, sí que trabajará con la misma base terminológica. La colaboración del cliente es fundamental en esta labor.
Claro, puedes hacerlo, pero ten en cuenta que puede repercutir en la calidad. A la hora de hacer el presupuesto, nosotros ya tenemos en cuenta las repeticiones internas que pueda contener el texto, y es importante que el traductor disponga del documento completo para poder tener una visión global del trabajo. Aunque los textos se repitan, su eliminación puede repercutir negativamente en su comprensión.
¡Por supuesto que sí! Hay varias cosas que puedes hacer y que facilitan enormemente nuestra labor y contribuyen a que la traducción tenga una mayor calidad.